Los gatos tienen siete vidas, dice el proverbio. Tú no tienes más que una; y en algún lugar, a lo largo del hilo, fino y tenue, de tu existencia, está el nudo negro, el coágulo de sangre, el latido perdido que señala el final de esa persona particular que se deletrea «Yo» y «tú» y «Sylvia».
De los Diarios
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