2.6.25

Evgenia Ginzburg. El vértigo

Ahora ya todo ha terminado. Como millares de compañeros de desdicha, he tenido la fortuna de sobrevivir hasta el vigésimo y vigésimo segundo congresos del partido.
En 1937, cuando comenzó mi calvario, tenía poco más de treinta años; ahora he superado con mucho los cincuenta. Dieciocho años de ese período los he pasado «allí».
Los pensamientos y sensaciones más dispares me atormentaron durante aquellos años, pero todo lo dominaba la sensación de estupor. Me parecía que todo era absurdo.
Y creo que precisamente ese estupor me ayudó a salir con vida. Así me vi no sólo en la posición de víctima, sino también en la de observador.


Principio de "El vértigo"
    

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