18.6.25

Gioconda Belli. El intenso calor de la luna

De un momento a otro puede cambiarle a uno la vida. Es algo sabido que preferimos ignorar. Suficiente lidiar con las incertidumbres cotidianas. Si encima nos mortificáramos con la idea de cuánto puede suceder de forma inusitada, viviríamos titubeando. Sin embargo, algo de embriaguez tiene la noción de que todo lo que nos parece seguro y sólido puede desaparecer en un instante. Se vive a ras de esa percepción leve que aletea como pequeño insecto en la conciencia. Uno prefiere la engañosa certidumbre con que la vida dispensa mañanas y noches iguales; prefiere creer que la existencia es un manso y predecible río. Cuando oímos las historias de súbitos sobresaltos nos anclamos en la fe de que a nosotros no nos sucederá lo mismo, pero quiénes somos para estar seguros?


Principio de "El intenso calor de la luna"
    

17.6.25

Natalia Ginzburg. Valentino

Vivía en un pequeño apartamento del centro con mi padre, mi madre y mi hermano. Llevábamos una vida dura y nunca se sabía cómo íbamos a pagar el alquiler. Mi padre era maestro de escuela retirado y mi madre daba clases de piano: había que echarle una mano a mi hermana, que se había casado con un comercial, tenía tres hijos y no conseguía salir adelante, y también pagar los estudios de mi hermano, porque mi padre estaba convencido de que iba a ser un gran hombre. Yo me estaba sacando el diploma de maestra y en las horas libres les repasaba la lección a los hijos de la portera. La portera tenía familia en el campo y nos pagaba con patatas, castañas y miel.


Principio de "Valentino"
    

16.6.25

Ainhoa Trueba. Paisaje de invierno

Mirar desde la lejanía 
para no ensuciar la inocencia del espacio
ni interrumpir el susurro de un invierno permanente.
No es fría la ausencia del fondo
si uno escucha las ramas rozarse a sí mismas
y observa al marco cobrar la importancia del centro.
El frío se diluye en las esquinas,
el cielo suspira en blanco por aquellos que no ven:
en un instante el reflejo esconde la certeza,
el aliento persigue un mirlo errático.
No quedan manzanas que coger 
si el apetito huye tras los troncos,
y una luz con un cierto ángulo 
nos convence de la lentitud de los días, 
el paisaje atiende.
   
Mientras, a lo lejos, la soledad se desliza por la nieve.


De "Noches de insomnio"
    

15.6.25

Christina Rossetti. Canción

Cuando esté muerta, mi amor,
no cantes para mí canciones tristes,
no plantes rosas frente a mi lápida,
ni cipreses sombríos. 
Prefiero que seas la hierba extendida 
sobre mí, húmeda de rocío, mojándome.
Y si te marchitas, recuerda,
y si te marchitas, olvida.
   
No volveré a ver sombras,
no volveré a sentir la lluvia,
no volveré a escuchar el ruiseñor
cantado su dolor.
Soñaré a través de este crepúsculo 
que ni se pone ni decrece,
quizás sea feliz al recordarte, 
quizás sea feliz al olvidarte.



En la antología "Amores eternos"
    

14.6.25

Adela Greceanu. La provinciana

Carezco por completo del talento de ser mujer.
Soy una provinciana en cuestión de amor.
Uso casi siempre las palabras de otros
cuando me toca hablar.
Soy una provinciana en cuestión de lenguaje.
Suelo preferir quedarme en mi estudio de 18 m² y
mirar por la ventana desde el octavo piso.
Menos mal que no me obligan a contar lo que veo y
pienso.
Si alguien me mirara desde atrás,
vería una espalda de mujer o de niña,
y una cola de cabello castaño colgado sobre ella.
Pasan por la callejuela que separa mi bloque del cementerio,
de pronto cuatro, cinco, seis ciclistas.
Velocidad. Sol.
Siete, ocho.
Los castaños florecen en el cementerio.
La provinciana que soy lo ve todo,
pero no hay nadie que la mire desde atrás,
ahí, con su espalda de mujer o de niña,
inmóvil.


En "Sombras, incendios y desvanes.
Diecisiete poetas rumanas (1961-1980)"
   

13.6.25

Mary Oliver. Bazougey

A dónde va ese perrito oscuro
  que solía bajar la calle ladrando y refulgiendo?
Se fue ya del mundo de los detalles,
  de lo singular, lo visible.
   
Así pues ese aguijón profundo: el dolor. Aun así,
  se ha ido del todo de nuestro lado, o es
parte de ese otro mundo, por doquier?
   
Ven conmigo a los bosques donde avanza
  la primavera, como lo hace, no importa qué,
pues no es singular ni único sino uno
  de los dones eternos, y en verdad visible.
   
Mira cómo se abren las violetas, y las hojas
  se despliegan, brilla los arroyos y las aves
  cantan. A qué te recuerda?
A sus rizos destellantes, sus ojos honestos, su
  bello ladrido.


De "Canciones de perro"
En "Devociones"
   

12.6.25

Anne Tyler. Tres días de junio

La gente ya no da golpecitos al reloj; curioso, verdad?
Me refiero a los relojes de muñeca normales. A que antes la gente siempre les daba golpecitos con los dedos?
Mi padre, por ejemplo. Tenía un reloj Timex con la esfra tan grande como una moneda de cincuenta centavos, y siempre que mi madre lo hacía esperar fruncía el entrecejo, miraba el reloj y le daba un toquecito. Ahora que lo pienso, supongo que quería decir: "Cómo es posible que sea esta hora? En serio es tan tarde?". Pero cuando era pequeña, imaginaba que intentaba hacer que el tiempo transcurriera más rápido... para que mi madre apareciera delante de nosotros en ese mismo instante, ya con el abrigo puesto, como en una película a cámara rápida.


Principio de "Tres días de junio"
    

11.6.25

Caitlin Moran. Y los hombres qué?

Mmm...
Estamos en julio de 2014 y acaban de hacerme una pregunta que no sé responder.
En general, me gusta pensar que no hay preguntas que yo no sepa responder. Estoy en una gira de charlas sobre Cómo ser mujer, y todas las preguntas que me hace el público tienen que ver con las mujeres y las niñas.
A estas alturas, tras treinta y ocho años de experiencia siendo niña o mujer, ya puedo hablar de casi todas las Cosas de Mujeres: los pantalones manchados de sangre, los atracones antibajón, la brecha salarial, el aborto, Beyoncé... Por lo que respecta a los problemas relacionados con la vagina, tengo un máster en chascarrillos.
Ahora mismo, sin embargo, estoy en un escenario ante 1.198 personas, y el silencio posterior a la pregunta va haciéndose cada vez más largo y más incómodo. Porque, aunque las dos primeras preguntas han sido «Las feministas pueden vestirse de rosa?» («Sí!») y «Qué opinas de que en París intenten prohibir el burka?» («Obviamente, las mujeres deben poder ponerse lo que quieran. Sin embargo, hasta que no haya un burka para hombres, está claro que imponérselo a las mujeres es una medida machista»), la tercera pregunta me ha dejado perpleja. 
La mujer del público que tiene el micrófono en la mano acaba de preguntar: «Y tienes algún consejo para los hombres?».


Principio de "Y los hombres qué?"
    

10.6.25

Lisa Tuttle. Mi muerte

Durante el trayecto me dediqué a observar el paisaje -lagos y laderas, los árboles, pelados aún por el invierno, tallados contra un mullido cielo gris-, y en ningún momento dejó mi mano ociosa de moverse en mi regazo, trazando los motivos que creaban las ramas, alisando los contornos de las colinas.


Principio de "Mi muerte"
    

9.6.25

Elizabeth Siddall. Hojas de otoño caen...

Hojas de otoño caen
sobre su reciente tumba donde
la alta hierba a escuchar se inclina
el murmullo de la ola.



De "Obra completa"