Que nunca deje de ser traviesa,
que nunca deje de ser atrevida.
Que mis cenizas, cuando las tengas, amiga,
y las entregues al océano,
salten en la espuma de las olas,
amando aún el movimiento,
aún dispuestas, más allá de todo,
a danzar por el mundo.
De "Evidencia"
En "Devociones"
No hay comentarios:
Publicar un comentario