nada más: nada visible en la superficie, sino
el agua: el agua y
siempre la blanca y autodestructiva floración de las olas al romper, y turbación
en primer plano, y
aquí, en lo que queda de tierra,
el tintineo de cables contra astas sin bandera, marca baja, día libre, nada
que sea
conmemorado hoy aquí---flotan recuerdos, sí,
sobre el lugar pero no son recuerdos que ninguno de nosotros los que ahora vivimos
posea-abre las
manos-deja que fluya la chatarra con la risa-que se vaya el
vecino del piso de arriba al que no
protegiste-ellos se lo
llevaron-que desaparezca lo asustado que sabías que él
estaba mientras tú continuabas tu
jornada-tu día rebosante de tiempo y
espacio-vinieron y lo pillaron-hay modales para cada tipo de
acontecimiento-dejó de leer y alzó la vista
cuando entraron-nadie te lo había contado?
que nunca más te sentirías en casa-que existe una forma de esclavitud en todo-y cuándo,
en esta vida cuya brevedad
asumes, se te
permitió creer que esto duraría
para siempre?- saca las manos
de los bolsillos-saca esa lista, ese recibo de
todo lo que
empeñaste anoche-decide a quien culpar-
cíñete a tu
versión-descarta la esperanza de recompensa
divina-descarta
la leche de
la bondad humana-envenenada desde el principio-sí-quién hubiera imaginado que ese
iba a ser el fallo-con todos los asesinos y los milagreros-los flotantes
y enmarañados
cuentos de hadas-cometas, ángeles misiles, estrellas
amarillas-nubes-esas fueron casas que ahora son sus ojos-esas fueron vidas que
ahora son sus
ojos-esas son familias, esas son intimidades, esos son pormenores-esos son acuerdos
de indemnización, juicios
sumarios, esas son multiplicaciones
en la faz de la tierra que ahora son-esos son los bosques, las vetas de carbón, los
sumideros de carbono que ahora son sus-
mientras se transforman en fuentes de carbono-sus-
y las heridas purulentas que son-y el granero que ardió-y el rápido golpe
administrado para hacerlo
indoloro, se
supone-sus ojos sus síes sus golpes la inserción de su
primera semilla en esta nuestra única tierra-
y la flor, la flor
cortada aquí
en mi ramillete,
el que hice esta mañana en el paseo que dimos, sin rumbo, como si fuéramos libres,
allí donde me pediste que
me case contigo, y la hogaza de
trigo, cebada y mijo que pude,
como es habitual, servir en la mesa, recién
horneada,
viva.
De "Rompiente"
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