Sabía que uno debe conocer la verdad. Sabía muy bien que cuando uno es adulto debe llevarse a los labios la copa del vino de la verdad que, sin ser dulce como la leche, inunda la boca con su intensidad, y comulgar con la realidad o de lo contrario caminar por siempre encorvado y empequeñecido como un enano.
De "El regreso del soldado"
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