El primer descubrimiento significativo que haremos en nuestro estrepitoso avance por nuestro camino mujeril hacia la libertad será que los hombres no son libres y ellos intentarán convertirlo en un argumento para explicar que nadie debería serlo. Solo podremos responderles que los esclavos esclavizan a sus amos y que al conseguir nuestra propia manumisión tal vez podamos indicarles el camino que podrían seguir una vez que se hayan zafado de su propio yugo. Las mujeres privilegiadas te tirarán de la manga e intentarán alistarte en la "lucha" por algunas reformas, pero las reformas son regresivas. Es preciso interrumpir el antiguo proceso, no renovarlo. Las mujeres resentidas te invitarán a la rebelión, pero tienes demasiadas cosas que hacer. Cuáles estás dispuesta a hacer tú?
Final de "La mujer eunuco"
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