Ian nunca estaba contento si no había un prólogo
Podría ser yo la mala de esta historia. Incluso ahora es difícil saberlo.
Entre tantos y tantos libros como había en la biblioteca sobre el antiguo Egipto, la ilustración que más gustaba a los niños era la del dios de la muerte comparando el peso del corazón de un muerto con el de una pluma, así que al menos tengo ese consuelo: algún día sabré lo culpable que soy.
Principio de "El devorador de libros"
No hay comentarios:
Publicar un comentario