Hay alguien en la casa. Percibo sus movimientos por la habitación de arriba. Oigo cómo se levanta de la cama, baja las escaleras, entra en la cocina... El zumbido de las tuberías mientras llena un hervidor de agua, el sonido metálico al ponerlo sobre el quemador y un chasquido apenas audible del encendedor al prender el fuego. Después se produce un silencio hasta que el agua alcanza su punto de ebullición. Entonces oigo el crujir de las hojas de té y papel cuando saca del envoltorio una cucharada y después otra y las echa en la tetera, así como el sonido al verter el agua sobre las hojas de té, ruidos que provienen sin duda de la cocina. Sé que abre el frigorífico porque oigo el choque de la puerta contra la encimera. De nuevo se produce un silencio mientras deja que el té repose, y al poco tiempo me llega el tintineo de una taza y su plato al sacarlos del armario. No puedo oírlo verter el té en la taza, pero sí los pasos que van de la cocina al salón cuando atraviesa la casa con la taza en la mano. Se llama Thomas Selter. La vivienda es una casa de piedra de dos plantas y se halla en las afueras de Clairon-sous-Bois, población del norte de Francia. Nadie entra en la habitación del fondo, que da al jardín y a una leñera.
Principio de "El volumen del tiempo I"
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