15.10.24

Sigrid Undset. La saga de Vigdis

En los fiordos orientales de Islandia vivía un hombre llamado Veterlide Glumssøn que cada verano solía hacerse a la mar.
El hijo de su hermana se llamaba Ljot. Su padre había sido Gissur Haukssøn de Skomedal, al que habían matado cuando Ljot todavía era un niño. 


Principio de "La saga de Vigdis"
    

14.10.24

Nelly Sachs. Quién sin embargo...

Quién sin embargo vació la arena de vuestros zapatos
cuando os tuvisteis que levantar para morir?
La arena que Israel llevó a casa,
su arena peregrina?
Ardiente arena del Sinaí,
con las gargantas de ruiseñores mezclada,
con las alas de la mariposa mezclada,
con el polvo de anhelo de las serpientes mezclada,
con todo lo que cayó de la sabiduría de Salomón mezclada,
con lo amargo del secreto del ajenjo mezclada-
   
Oh vosotros dedos 
que la arena de los zapatos de los muertos vaciasteis,
mañana ya seréis polvo
en los zapatos de los venideros!


De "En las moradas de la muerte"
En "Viaje a la transparencia. Obra poética completa"
    

13.10.24

Herta Müller. Mi patria era una semilla de manzana

"El paisaje de la infancia", dice en uno de sus ensayos, "deja huella en tu forma de mirar el paisaje durante todos los años posteriores. El paisaje de la infancia socializa sin obedecer a indicaciones. Cala en nuestro interior sin que nos demos cuenta". En su infancia, los campos de maíz rodeaban el mundo entero.

Aquellos inmensos campos de máiz socialistas... Cuando te veías en medio del campo entre las cañas todas apretadas, el campo era un bosque. Te sobrepasaba la cabeza y no se veía lo que había más allá. Al mismo tiempo, las cañas no tenían copa, el sol te daba de pleno en la cabeza el día entero, el verano entero. Y luego, al final del otoño, quedaban todos aquellos campos olvidados. Allí esmirriados y devastados, nadie los cosechaba. Se veían de lejos. Llegaba la nieve y las cañas atravesaban los campos. Y así, vistas desde lejos y desde fuera, eran como rebaños hambrientos atravesando el mundo entero en vertical. Sí, en vertical.


Principio de "Mi patria era una semilla de manzana"
   

12.10.24

Wisława Szymborska. Museo

Hay platos, pero no hay apetito.
Hay alianzas, pero no amor correspondido
desde hace al menos trescientos años.
   
Hay un abanico, dónde está el rubor?
Hay espadas, dónde está la ira?
Y el laúd ni siquiera suena al alba.
   
A falta de eternidad, han reunido
diez mil cosas viejas.
El mohoso portero dormita apaciblemente,
sus bigotes cuelgan por encima de la vitrina.
   
Los metales, la arcilla, una pequeña pluma de pájaro
triunfan, callados, en el tiempo.
Solo se ríe la aguja de la risueña de Egipto.
   
La corona sobrevivió a la cabeza.
La mano perdió contra el guante.
El zapato derecho venció al pie.
   
En cuanto a mí, creedme, vivo. 
Mi carrera contra el vestido aún continúa. 
Y qué terquedad la suya!
Y qué deseos de sobrevivir!


De "Sal"
En "Poesía completa"
    

11.10.24

Tillie Olsen. Silencios

Los silencios oscurecen la historia literaria y el presente: unos se prolongaron durante años en nuestras figuras más reconocidas; otros permanecieron ocultos; otros se instauraron tras la primera obra publicada, y otros nunca permitieron que una obra tomara forma de libro.


Principio de "Silencios"
    

10.10.24

Sophia de Mello Breyner Andresen. Es tu rostro aún el que yo busco...

Es tu rostro aún el que yo busco
A través del terror y la distancia
Para reconstruir un mundo
puro.


De "Mar Nuevo"
En "Antología poética"
    

9.10.24

Nadezhda Teffi. Nota al principio de sus Memorias

La autora considera necesario advertir que en estas Memorias el lector no encontrará ni figuras ilustres y heroicas de la época descrita con sus frases profundas, ni críticas a tal o cual corriente política, ni ninguna "elucidación y conclusión". Solo encontrará una narración sencilla y veraz sobre el involuntario viaje de la autora por toda Rusia junto con millones de personas semejantes a ella. Y encontrará casi exclusivamente personas sencillas y ahistóricas que le parecieron graciosas o interesantes, así como aventuras que le parecieron entretenidas. Si la autora se ve obligada a hablar de sí misma, no se debe a que considere que su persona sea interesante para el lector, sino solo a que ella misma ha participado en las aventuras descritas y se ha llevado impresiones tanto de las personas como de los acontecimientos, y si se suprimiese esta dimensión, esta alma viva, la narración carecería de vida.


Nota al principio de sus "Memorias. De Moscú al mar Negro"
    

8.10.24

María Mercedes Carranza. Guión para una escena de Antonioni

Frente al espejo,
diálogo caprichoso,
recorro las arrugas de mis ojos.
Mi piel, el gesto de la boca,
son los días que he vivido,
ahora de repente abreviados
en la imagen que veo en el espejo.
Como vinendo de muy lejos,
toco con la yema de los dedos
todos los años
que en mis párpados son,
parpadeo,
el asombro primero,
luego el qué le vamos a hacer
se reflejan en el espejo.
Pienso, antes de ponerme polvos,
que aún no he comenzado
y ya estoy por terminar.
La vida no me espera ahora,
como hace algunos años
en la esquina,
ni yo corro a buscarla
donde pueda estar.
Por tanto,
me sonrío, otra vez en el espejo,
y conmigo sola
me pongo a dialogar contigo.


De "Tengo miedo"
En "Poesía completa"
    

7.10.24

Gwendoline Riley. Mis fantasmas

No había «nada para él» en Inglaterra.
-No había protección oficial. Ah, no. Nada de protección oficial.
Mi abuela dijo aquello con indignación. Y si hubiese estado mi madre, habría meneado la cabeza y añadido:
-No había nada, no. Nada.
Hablaban de mi abuelo, que después de la guerra había trabajado en Venezuela. Mi abuelos vivieron ocho años allí, en la colonia de la Shell Oil, en la orilla este del lago Maracaibo. Su casa -una casa de la empresa- era una cabaña sobre pilotes, amplia y bien equipada.


Principio de "Mis fantasmas"
    

6.10.24

Piedad Bonnett. Tu nombre

Cuando el dolor ha triturado ya el último hueso de mi noche
y sólo habla el silencio al corazón insomne que hila y deshila penas y memorias
viene tu nombre hasta mi cuarto a oscuras.
Con un galope seco viene tu nombre abriendo
un camino entre nieblas
instaurando sus voces sus redobles 
sus erres que retumban como un grito de guerra
su bronco acento de campana rota.
Tu nombre es tantas cosas:
el recuerdo de un barco que viene de ultramar y sus tercos marinos
el fuego entre la piedra
gota roja
que va tiñendo la pared del alba.
En él puede escucharse la voz de los que creen
con mística implacable y fe colérica.
Pero es también dulzura tu nombre
muro blanco donde mi mano traza los signos del sosiego
lugar donde recuesto mi cabeza.
   
Entre tu nombre y tú sin embargo un silencio
una grieta nocturna donde anidan los pájaros.


De "Todos los amantes son guerreros"
En "Poesía reunida"