26.6.25

Laura Riding. Tan bien como cualquier otra

Tan bien como cualquier otra, Erato,
puedo yo habitar sola en lo que los hombres saben
en común secreto,
y celebrar la antigua rosa adorada,
volver a contar -oh, sí- cómo crece de igual modo
la última hoja del árbol.
   
Pero por juicio habitual qué necesidad puede ser
de mi más personal estudio o yo misma,
si homenaje puede hacerse
(a menos que se acuerde que no debemos romper
el patente silencio solo por el hecho de cantar)
tan bien como por cualquiera?
   
No me rechaces, pues, si he comenzado
de forma insólita o si parece que rehúya
el suelo cercano y bien labrado:
pues solo en tierra desconocida puedo
descubrir la gema o dejar que descanse el misterio
que nunca ha de ser hallado.


De "La ceñida corona"
   

25.6.25

Paola Caridi. La morera de Jerusalén

"Vladimir: (Silencio. Mira el árbol): Sólo el árbol vive.
Estragon: (Mira el árbol). Qué es?
Vladimir: El árbol.
Estragon: No, qué clase de árbol?
Vladimir: No sé. Un sauce".

Samuel Beckett, Esperando a Godot


Y llegó el 7 de octubre de 2023. A todas partes. A Israel / Palestina. Y a este libro.
Sin embargo, antes, mucho antes, ya había nacido dentro de mí la idea informe de reunir imágenes, párrafos de vida, piezas de crónica, legados familiares y frases perdidas de la educación de los primeros años de conciencia. La levadura, o el abono, fue una frase del libro La maldición de la nuez moscada de Amitav Ghosh. En él habla de un volcán de las islas Molucas como agente de la Historia. Que al fin y al cabo no es sólo humana. Dice Amitav Ghosh, con profunda lucidez y, además, con la capacidad de mirar más allá de los límites, que "para tantos otros habitantes de zonas sísmicas, los volcanes son tanto propiciadores como narradores de historias".
No basta con escribirla, la historia. Las fuestes escritas no son lo único fundamental para que la Historia y las historias tengan valor. Y narren el mundo.

24.6.25

Ursula K. Le Guin. Tehanu

Después de la muerte del granjero Pedernal del valle central, su viuda se quedó en la casa de la granja. Su hijo se había hecho marinero y su hija se había casado con un mercader de Valmouth, de modo que se quedó sola en la Granja de los Robles. La gente decía que había sido un personaje importante en la tierra de donde venía, y de hecho el mago Ogion solía detenerse en la Granja de los Robles para verla; pero eso no era muy importante, porque Ogion visitaba a todo tipo de personas insignificantes.


Principio de "Tehanu"
   (Historias de Terramar. 4)

23.6.25

Piedad Bonnett. Vocación de quietud

Y de repente, esta vocación de quietud,
de mariposa que quiere regresar a la crisálida,
de ser viento apresado entre una caracola.
   
Este deseo loco
de parar,
de envolverse en la neblina,
de ignorar el llamado, la proclama,
de que los días sean
apenas una música,
una conversación en la penumbra,
un nombre que regresa navegando
entre el vaho calinoso de la sopa,
   
un no ser siendo hacia la gran caída.


De "Las herencias"
En "Poesía reunida"
    

22.6.25

Alice Meynell. En otoño

Las hojas se acumulan bajo mis pies
arrastradas en la misma dirección, 
su perfume de muerte es denso y dulce,
una bandada se interna en el gris
donde el bosque y el cielo se encuentran.
   
Los vientos suaves lloran por los años dulces,
todos los pájaros cantan por el dolor,
una empresa común, para oídos cansados:
el destino de un verano lluvioso
y el destino de una mujer que llora.
   
Camino sola en dirección al amor y la vida,
cruzo lugares tristes 
a través de un verano destronado
las alegrías muertas de estos rostros silenciosos
parecen reclamar la mía.
   
Sé que el corazón ha latido para que brillen
los dulces amores del pasado,
sé que las flores que morirán esta noche
un día florecieron mirando al cielo
y que yo moriré entre sus delicias.
   
Oh, hojas que os consumís ahora en silencio
tantas veces escuchasteis cantar a los cucos,
yo creceré encaramada a mi rama,
aunque solo me eleve una primavera
y caiga cuando la lluvia me empape la frente.
   
Oh, decidme, antes de morir,
compensa tanto dolor?
Floreciste tan bella, te elevarte tan alto,
ahora que los días tristes menguan,
te arrepientes de donde reposaste?
   
Me acuesto entre vosotras y beso
vuestra fragancia en descomposición. 
Oh, delicias muertas, siguen siendo
delicadas las melodías de la primavera?
Tan dulce es el amor que hasta aquí conduce?
   
Bésame de nuevo mientras te beso,
bésame otra vez,
por todas tus noches melodiosas de rocío,
ahora que tu tiempo se ha vuelto lluvioso,
por todos los besos de cuando la primavera era nueva.
   
No lo permitas, corazón roto.
Atravesaré tu muerte y desembocaré 
en un verano dorado que nunca verás,
en tu último aliento no encuentro
ni una bendición para mí. 
   
Todavía queda una porción de otoño por desvanecerse,
todavía quedan hojas por caer,
así que beso y sé que podré besar de nuevo,
y compadécete, compadécete de mí por todos
y ámame entre la niebla y la lluvia. 



En la antología "Amores eternos"
    

21.6.25

Teodora Coman. La bella sin cuerpo

algunos actores adelgazan 20 kg por el papel de su vida, otros 
   engordan otro tanto 
por la estatuilla dorada.
la poesía, sobre la que se han dicho cosas mucho más bellas, no 
   tiene hoy por hoy
un fetiche tan palpable.
unos engordan sentados escribiendo, otros adelgazan, se 
   regodean en el descuido
hasta volverse irreconocibles, si bien la alteridad es la finalidad 
   de facto del texto.
en balde adelgazas para tener un físico aceptable, nadie repara 
   en ti en las nominaciones
y al renunciar a la lucha contra los estándares de belleza, no
   sientes que hayas perdido nada:
a la poesía le importa un bledo tu carne y tus huesos, es arte de actuar sin cuerpo
le importan sólo las voces confusas
que se baten en el intento de llegar a un acuerdo, más allá del
   confesionario con cortinitas. 
por ellas tuvieron que morir los dioses, opina Jaynes
tras haber leído La Ilíada y tras haberse dado cuenta de que
   sus personajes, verdaderas máquinas de guerra, no son
   capaces de introspección porque no tienen consciencia
justo entonces aparece el dios, con su murmullo perverso, cuando
   el héroe se queda congelado en el espacio, incapaz de elegir.
oh, el hombre se ha vuelto vocal
en la codiciada belleza de los bovarismos 
y delitos de opinión.


En "Sombras, incendios y desvanes.
Diecisiete poetas rumanas (1961-1980)"
    

20.6.25

Rebecca Solnit. El camino inesperado

Elogio de lo indirecto, lo impredecible, lo inmensurable, lo lento y lo imperceptible

Cómo vemos el mundo condiciona absolutamente qué podemos hacer en el mundo. Nuestras acciones está determinadas por nuestra visión -los marcos a través de los cuales entendemos el mundo-, o eso me parece a mí desde hace tiempo. Ese es el motivo de que, en los libros y los artículos que he escrito en las últimas décadas, haya intentado ofrecer no solo mi visión de las cosas, sino lo que espero que puedan ser herramientas para cualquiera que esté reflexionando sobre la historia, el poder, el cambio y las posibilidades. Esta antología se compone de artículos que pretenden hacer exactamente eso, y al recopilarlos me he dado cuenta de lo mucho que mi propio credo (o arsenal) se compone de alabanzas de lo indirecto.


Principio de "El camino inesperado"
    

19.6.25

Idea Vilariño. Escribo pienso leo

Escribo
pienso
leo
traduzco veinte páginas
escucho las noticias
escribo
escribo
leo.
Dónde estás
dónde estás.


De "Poemas de amor"
En "Poesía completa"

18.6.25

Gioconda Belli. El intenso calor de la luna

De un momento a otro puede cambiarle a uno la vida. Es algo sabido que preferimos ignorar. Suficiente lidiar con las incertidumbres cotidianas. Si encima nos mortificáramos con la idea de cuánto puede suceder de forma inusitada, viviríamos titubeando. Sin embargo, algo de embriaguez tiene la noción de que todo lo que nos parece seguro y sólido puede desaparecer en un instante. Se vive a ras de esa percepción leve que aletea como pequeño insecto en la conciencia. Uno prefiere la engañosa certidumbre con que la vida dispensa mañanas y noches iguales; prefiere creer que la existencia es un manso y predecible río. Cuando oímos las historias de súbitos sobresaltos nos anclamos en la fe de que a nosotros no nos sucederá lo mismo, pero quiénes somos para estar seguros?


Principio de "El intenso calor de la luna"
    

17.6.25

Natalia Ginzburg. Valentino

Vivía en un pequeño apartamento del centro con mi padre, mi madre y mi hermano. Llevábamos una vida dura y nunca se sabía cómo íbamos a pagar el alquiler. Mi padre era maestro de escuela retirado y mi madre daba clases de piano: había que echarle una mano a mi hermana, que se había casado con un comercial, tenía tres hijos y no conseguía salir adelante, y también pagar los estudios de mi hermano, porque mi padre estaba convencido de que iba a ser un gran hombre. Yo me estaba sacando el diploma de maestra y en las horas libres les repasaba la lección a los hijos de la portera. La portera tenía familia en el campo y nos pagaba con patatas, castañas y miel.


Principio de "Valentino"