Así pasan los días, y me pregunto a veces si no está uno hipnotizado, como un niño por una esfera plateada, por la vida; y si esto es vivir. Es muy rápido, brillante, excitante. Pero superficial, quizás. Me gustaría coger la esfera con las manos y tocarla tranquilamente, redonda, suave, pesada. Y sostenerla de este modo día tras día. Leeré a Proust, creo. Iré hacia atrás y hacia delante.
De los Diarios
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