llama la soledad que viene a visitarme
y yo maldeciré mi destino;
bendeciré en cambio tus días.
Igual que un vendaval diste en mi vida
y cayeron mis muros igual que bastidores.
Has destrozado el techo de mi casa
y no me has dado un nuevo amparo.
Me moría mil veces. Y aquí apareciste.
Quise la dicha, estar cerca sin ser molesta.
Cómo ibas a oír tú mi silencio
si ni una sola vez me has escuchado.
De "Tres maneras de estar sola"
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