la risa me ha salvado la vida.
Cuando no queda esperanza,
aparece la risa como dulce brisa.
En ocasiones malévola,
siempre sanadora.
Me río de mí misma,
y me empodero con ella.
Gozo de risas ajenas
si son sonoras y frescas.
En ocasiones herida por las risas burlonas,
me protejo con más risas y la pena se ahoga.
Risas en solitario, a hurtadillas,
risas compartidas a coro desgañitado.
Risas de niños y niñas,
de ancianos jubilosos.
La risa de mi madre,
la risa de mi hija.
Mi risa ahogada,
mi risa desatada.
Contenida y a carcajadas,
terapéutica y salvavidas.
La risa cambia paisajes sombríos,
llena de arcoiris los horizontes.
Bendita risa que me renuevas
y llenas de vida mi vida muerta.
De "Paisajes inhóspitos"
No hay comentarios:
Publicar un comentario