mi nido
con el del pájaro,
queda café en la cafetera,
urgencia de lo urgente.
Sé de lo domesticado
y de lo propio,
bailo el abrazo
que nos limita.
Lloro la primavera
y las flores que crecen
cuando me alcanza el frío.
Tan rápido
que calla el eco
que hoy me despierta
y siento mis fronteras
como ajenas.
Me falta el vino reposado,
los sirocos colectivos,
las manos de mi madre,
la brisa que promete algo.
Tan rápido
que no sé detenerme a veros
y, el simple hecho
de necesitaros,
me hace sentir
menos sola.
De "Voz de espejo"
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