bajo el sol!
Acariciaré un centenar de flores
y ninguna cogeré.
Posaré en riscos y nubes
con calma los ojos,
observaré al viento doblegar la hierba
y a la hierba levantarse.
Y cuando empiecen las luces
a brillar abajo en la ciudad,
señalaré cuál ha de ser la mía
e iniciaré el descenso!
En "Un palacio en la arena"
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