que, al nacer, en los ojos se evapora;
gota de agua es la perla de rocío
que nace y muere en la mañana hermosa.
Gota de agua también es la perpetua
gota que filtra y que la piedra horada,
secreto de las rocas de granito,
caliza filtración de la montaña.
¡Gotas de agua las dos! Mas, cúan distinta
es la que nace y muere en un momento,
de aquella que, entre rocas serpeando,
se petrifica y desafía al tiempo!
Así también del alma soñadora
brotan, a veces, fugitivas lágrimas,
que mueren a la luz de una sonrisa,
que evapora el calor de una esperanza.
Y, otras veces, hay lágrimas que brotan
y dejan en el alma, para siempre,
estalactitas de dolor profundo,
que el tiempo agranda, y que jamás perecen.
De la antología de Poetisas españolas
Tomo II: de 1900 a 1939
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