Después de mis noches en Moscú (en la primavera de 1924), el cese gradual de mi actividad literaria dio comienzo. Dejaron de imprimir mis poemas en las revistas y anuarios, o de invitarme a veladas literarias (me encontré con Maria Shaginian en la Perspectiva Nevski. Dijo: " Eres una cosa extraña e importante: han hecho un decreto especial sobre ti: no arrestar, pero tampoco imprimir").
De "Prosas"
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