13.5.14

Miles Franklin. Quejas y apuntes inconexos

"Dar de comer a los terneros" era tarea mía. Y es la ocupación más alejada de Dios que jamás me ha tocado en suerte. Reflexionaba a menudo mientras los alimentaba, porque por cierto, he sido maldecida con la facultad del pensamiento, que es una maldición en verdad onerosa. Cuanto menos piense una persona y menos se pregunte por los comós y los porqués y por la justicia de las cosas mientras se va arrastrando por la vida, más feliz será, y, si es mujer, doble o triplemente feliz.


De "Mi impresionante carrera"

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