5.2.15

Eudora Welty. Desde la primera vez que me leyeron...

Desde la primera vez que me leyeron y desde que empecé a leer por mí misma, jamás ha existido un solo renglón que no haya oído, a medida que recorría la frase con los ojos, una voz que me la susurraba en silencio. No la voz de mi madre, ni la de ninguna persona que pueda reconocer, y desde luego no la mía propia: es una voz humana pero interior, y de hecho me suena por dentro. Yo la identificaba con la voz del cuento o del poema mismo. La cadencia -te pida lo que te pida que confíes-, el sentimiento que reside en la palabra impresa, me alcanza mediante esa voz lectora. He supuesto, si bien jamás llegué a averiguarlo de un modo consciente, que tal es el caso de todos los lectores -leer como quien escucha- y de todos los escritores, escribir como quien escucha.


De "La palabra heredada"

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