Usted da gran importancia a que las mujeres se expresen, y a que se expresen por escrito. Las anima a que escriban all kinds of books, hesitating at no subject however trivial or however vast [Toda suerte de libros, sin vacilar ante ningún asunto, por trivial o vasto que parezca]. Según dice usted, les da este consejo por egoísmo: Like most uneducated englishwoman, I like reading -I like reading books in the bulk [Como a la mayoría de las inglesas incultas, me gusta leer -me gusta leer libros a granel], declara usted. Y la producción masculina no le basta. Encuentra usted que los libros de los hombres no nos explican sino muy parcialmente la psicología femenina. Hasta encuentra usted que los libros de los hombres no nos informan sino bastante imperfectamente sobre ellos mismos. En la parte posterior de nuestra cabeza, dice usted, hay un punto, del tamaño de un chelín, que no alcanzamos a ver con nuestros propios ojos. Cada sexo debe encargarse de describir, para provecho del otro, ese punto. A ese respecto, no podemos quejarnos de los hombres. Desde los tiempos más remotos, nos han prestado siempre ese servicio. Convendría, pues, que no nos mostrasemos ingratas y les pagásemos en la misma moneda.
De "Carta a Virginia Woolf"
En "Testimonios. Primera serie"
En "Testimonios. Primera serie"
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