17.3.16

Colette. Y yo misma, ay!...

Y yo misma, ay! he pasado tan poco aprisa frente al escaparate del relojero, que el espejo me ha mostrado mis secos cabellos opacos, las dos sombras tristonas debajo de los ojos, la boca seca de sed, el cuerpo flojo bajo el traje de chaqueta castaño cuyos ajados faldones se levantan y caen... Tengo todo el aspecto de un abejorro desanimado, azotado por la lluvia de una noche estival. Parezco un pájaro desplumado. Parezco una institutriz en desgracia. Parezco, Dios mío! parezco una cómica de la legua, y ya es decir más que suficiente.


De "El reverso del music-hall"

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