24.6.16

Edith Södergran. Hacia el atardecer refresca el día...

I

Hacia el atardecer refresca el día...
Bebe el calor de mi mano,
mi mano tiene la misma sangre que la primavera.
Coge mi mano, coge mi blanco brazo,
coge la añoranza de mis delgados hombros...
Sería maravilloso sentir,
una sola noche, una noche como ésta,
el peso de tu cabeza en mi pecho.


[Dikter, 1916]



En la antología de Poesía Nórdica

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