6.7.16

Colette. Completamente sola, despierta en la noche...


Completamente sola, despierta en la noche, miro ahora ascender ante mí el astro voluptuoso y taciturno... Para salvarme de volver a caer en el sueño feliz, en la primavera mentirosa en que florece la vid corva, escucha el sonido de mi voz... A veces grito febrilmente lo que se tiene por costumbre callar, lo que se susurra muy bajo, luego mi voz languidece hasta el murmullo porque no me atrevo a proseguir...
Quisiera decir, decir, decir todo lo que sé, todo lo que pienso, todo lo que adivino, todo lo que me encanta y me hiere y me asombra, pero hay siempre, hacia el alba de esa noche sonora, una mano sensata y fresca que se posa en mi boca... Y mi grito, que se exaltaba, vuelve a descender a la verborrea moderada, a la volubilidad del niño que habla en voz alta para aquietarse y aturdirse...
Ya no conozco los sueños felices, pero ya no temo a los zarcillos de la vid...


De "Los zarcillos de la vid"
    

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