15.4.18

Sharon Olds. Noche de domingo en la ciudad

Cogidos de la mano, yacemos en la cama,
con nuestras largas piernas cruzadas como alas
dobladas, nuestros largos pies tocando el
umbrío pie de la cama, tallado como una lápida
con uvas. Tienes el cabello encrespado, oscuro
como el nogal, rizado como los zarcillos de
parras. Tu mano derecha reposa en mi
mano derecha. Mi mano izquierda en la tuya.
Con los brazos enlazados como patinadores, yacemos
bajo el cuadro de tierra cultivada: la maleza
oscura y nublada como el humo, los árboles
elevando sus ceniceros esqueletos de pez,
y en el centro, encima nuestro,
el estanque en calma
silencioso como si fuera eterno.


De "Satán dice"
    

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