20.12.22

Virginia Woolf. Era una lástima...

Si el ómnibus se detenía aquí, pensó Rose mientras miraba abajo por un lado, ella se levantaría. El ómnibus se detuvo y Rose se levantó. Era una lástima, pensó al bajar a la acera y vislumbrar su propia figura reflejada en el vidrio del escaparate de un sastre, que no vistiera mejor, que no tuviera mejor aspecto. Siempre largos abrigos, chaquetas y faldas de Whiteley's. Pero así ahorraba tiempo y, a fin de cuentas, los años -Rose ya había cumplido los cuarenta- la llevaban a una a preocuparse muy poco de lo que los demás pensaran. La gente solía decir: por qué no te casas? Y se metía en la vida de una diciendo: por qué no haces esto o lo otro? Pero eso era antes, ahora la gente ya no lo decía.


De "Los años"
    

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