-Desde que soy una mujercita- y moral y físicamente lo fui pronto-, desde que empecé a soñar y a pensar en mí misma- y he soñado y pensado mucho-. Desde que empecé a amar en sueños- y he amado muchísimo-, asocié mi vida, la vinculé a ella, una idea que creo será profética y salvadora: me dije a mí misma que nunca, nunca, nunca, podría conocer el amor de un hombre. No me he imaginado nunca con un hombre al lado. No sé qué voz secreta me ha dicho siempre que criaturas como yo, como seré yo, no pueden, no, no pueden ser amadas.
Fragmento de "La indomable"
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