"Sucedía a veces que un libro abierto sobre las baldosas de la terraza o sobre la hierba, una cuerda de saltar a la comba serpentenado en un sendero, o un minúsculo jardín bordeado de guijarros, alfombrado de flores, revelaba encontes, cuando la casa y el jardín albergaban a una familia, la presencia de unos niños y sus diferentes edades. Pero estos signos no venían acompañados de los gritos y las risas infantiles, de modo que la vivienda, cálida y llena, se parecía extrañamente a una de esas casas que el fin de unas vacaciones vacía, en un momento, de toda su alegría. El silencio, el viento contenido del jardín cerrado, las revueltas páginas del libro bajo el pulgar invisible de un silfo, todo parecía preguntar:"¿Dónde están los niños?"
Fragmento de "La casa de Claudine"
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