por el parque viejo
que tenía un largo
cansancio de invierno;
tras de tantos años
volvimos a vernos.
yo llevaba el triste
corazón enfermo,
caía en el suyo
la niebla del tedio.
cúan lejos las horas
vírgenes de duelos
en que nuestras vidas
eran como versos
que a veces rimaban
casi sin saberlo...!
me clavó sus ojos
como en otros tiempos,
mas nada me dijo
su turbado acento.
yo cerraba el arca
de mis pensamientos
porque no rasgase
lo gris del silencio
que esfumaba un mudo
soñador arpegio...
y con una angustia
despertaba en nuevo
pavoroso acorde
dentro de su pecho,
nos miramos como
se miran los ciegos...
y nos separamos
para nunca vernos!
De la antología "Peces en la tierra"
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