25.5.11

Jean Rhys. Cosquilleo...

     "Después de comer estuve mirando escaparates. Aún quedaban algunas hojas secas en los árboles. Parecían pájaros. Pasé por delante de una papelería cuyo escaparate mostraba una gran variedad de plumas de ganso: rojas, azules, verdes y amarillas. Pensé que quedarían muy bien en un recipiente de cristal, para alegrar mi mesa. Entré y compré cerca de una docena. Me fijé entonces en unos cuadernos negros que había sobre el mostrador. No eran como son ahora los cuadernos. Eran el doble de gruesos, con las tapas duras y brillantes, el lomo y los bordes rojos, las páginas rayadas. Compré unos cuantos. No sé por qué lo hice; solo porque me gustó el aspecto. Me llevé también una caja de plumillas en forma de "j", de las que me gustaban, un portaplumas corriente, un frasco de tinta y un soporte barato. "Ahora esa mesa vieja no parecerá tan vacía", pensé.Sucedió esa noche, después de cenar; como siempre, un vaso de leche y un poco de pan y queso. Sentí un cosquilleo en los dedos y en las palmas de las manos. Acerqué una silla a la mesa, abrí un cuaderno y escribí: "este es mi diario". Pero no era un diario. Recordaba todo lo que me había ocurrido en el último año y medio. Recordaba lo que él había dicho y lo que yo había sentido. Estuve mucho rato escribiendo, hasta que no pude más, me metí en la cama y me quedé dormida.
Nada más despertarme me vino a la cabeza lo que había escrito y quise continuar. Saldría temprano, comería algo, y tendría el resto del día por delante."

Fragmento de "Una sonrisa, por favor"

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