pues tengo palabras para todas las aflicciones
y una olvidada mano enfermiza en el infierno
rompió primero este vestido.
siempre, sí siempre, siempre, así conmigo
el polvo de otro se mezcla aquí, cuando yo termine-
miestras que el tuyo, mi amor, durante mil años
se coagulará en paz.
Fragmento del poema "El lamento de las mujeres"
de "los poemas escogidos"
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