mi cabello se desfloca;
sufro vértigos ardientes
por las dos tazas de moka
de tus pupilas calientes;
me vuelvo peor que loca
por la crema de tus dientes
en las fresas de tu boca;
en llamas me despedazo
por engarzarme en tu abrazo,
y me calcina el delirio
cuando me yergo en tu vida,
toda de blanco vestida,
toda sahumada de lirio!
Del poemario "Los cálices vacíos"
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