28.5.11

Delmira Agustini. Inextinguibles...

Oh, tú que duermes tan hondo que no despiertas!
Milagrosas de vivas, milagrosas de muertas,
y por muertas y vivas eternamente abiertas,

alguna noche en duelo yo encuentro tus pupilas

bajo un trapo de sombra o una blonda de luna.
Bebo en ellas la calma como en una laguna,
por hondas, por calladas, por buenas, por tranquilas

un lecho o una tumba parece cada una.

Del poemario "Los calices vacíos"
  

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