14.8.11

Marina Tsvietáieva. Conmigo no hace falta que hables...

Conmigo no hace falta que hables,
aquí tienes mis labios: sacia tu sed.
Aquí tienes mi pelo: acarícialo.
Aquí tienes mis manos: bésalas.
- Pero aún mejor, déjame dormir.

De "Un espíritu prisionero"

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