sin orillas ni peñas.
Con una comba verde,
saltaban las sirenas.
-Tres sirenas extrañas
y seis ojos de menta,
y seis manos de nacar
y seis piernas perfectas
herían las olas
con suave violencia.
Las vi, sé que existen,
yo era una de ellas.
Del poemario "Isla ignorada"
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