"Alice apoyó entonces la frente en las palmas de las manos, y se dedicó a escuchar la lluvia. Pero la lluvia caía tan monótonamente que dejó de oirla. Su corazón y el péndulo del singular reloj de pared llevaban un compás desigual, con el que se divirtió unos instantes: "mi corazón late en tresillos sobre las corcheas del reloj..."
Fragmento de "Dúo"
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