en el crepúsculo
ráfagas de viento y lluvia
luz ardiente que se deshace
y se apaga
ya he dejado de tocar la flauta de bambú
y frente al espejo engastado con flores
ligeramente me maquillo
bajo el vestido de seda púrpura
mi fina piel de nieve
exhala un delicioso perfume
entonces, sonriendo
susurro a mi amado dulcemente:
"esta noche
tras el dosel de muselina
sentiremos el frescor de nuestro lecho"
De "La flor del ciruelo"
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