"A la sazón sabía Paul en qué consistía el estar codicioso de algo. No era el suyo un sentimiento físicamente mortificante, anheloso de algo corporal y sin rostro, ni tampoco el ansia indeterminada de una mujer. Lo que él experimentaba era el significado de que otra persona atraiga todo cuanto se mueve en el cuerpo y en el ánimo de uno, como el imán atrae el hierro."
De "La orquidea blanca"
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