Para Pabst, llevar la técnica de interpretación del teatro al cine, con la consiguiente despersonalización de cada palabra, cada movimiento y cada emoción, significaba la muerte del realismo en el cine. Él buscaba las impresiones de la vida, que liberaban emociones imprevisibles. Proust escribió: "Nuestra vida está siempre delante de nosotros como un extraño en la noche, y quién sabe hasta donde alcanzará de ese mañana?" Para impedir que los actores maquinaran donde alcanzarían ese mañana, Pabst nunca rodó las escenas tal como sabía que ellos las habían preparado.
De "Lulú en Hollywood"
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