"En mi juventud no llevé diario íntimo por considerar que una chica que vendía lo que escribía no tenía por qué llevarlo. Pero a partir de 1927 guardé mis agendas de citas, de modo que, ahora, ocupan dos amplias estanterías.
Hace poco las hojee y quedé sorprendida al ver que esas agendas son más veraces que cualquier diario íntimo, ya que, al paso del tiempo, anotaciones que en su momento parecían carecer de importancia han adquirido sorprendente significado. Por ejemplo, bajo las palabras "Hollywood, 2 de junio de 1932", consta simplemente "A las ocho y media, presentación de película". Pero aquella noche, Jean Harlow y Charles Boyer, actriz y actor absolutamente desconocidos hasta aquellos momentos, se transformaron en grandes estrellas del firmamento cinematográfico, y por otra parte, mi propia vida cambió de aspecto, como un flan al ser volcado del recipiente al plato."
Hace poco las hojee y quedé sorprendida al ver que esas agendas son más veraces que cualquier diario íntimo, ya que, al paso del tiempo, anotaciones que en su momento parecían carecer de importancia han adquirido sorprendente significado. Por ejemplo, bajo las palabras "Hollywood, 2 de junio de 1932", consta simplemente "A las ocho y media, presentación de película". Pero aquella noche, Jean Harlow y Charles Boyer, actriz y actor absolutamente desconocidos hasta aquellos momentos, se transformaron en grandes estrellas del firmamento cinematográfico, y por otra parte, mi propia vida cambió de aspecto, como un flan al ser volcado del recipiente al plato."
Principio de "Adiós a Hollywood con un beso"
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