Sin embargo yo soy de natural tímida y de una frialdad glacial con las gentes que no conozco: jamás he tenido el coraje de halagar a nadie con quien no tengo amistad íntima cuando me hallo frente a él. Me parece que todo elogio se ve teñido de adulación, que no es de buen gusto, que debe molestar o herir.
Fragmento de las Memorias
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