No sé con exactitud, qué va a pasarnos. No sé siquiera, si nos va a pasar algo. -Oh, espero que sí!... Somos muy jóvenes, estamos expuestos a todo. Pero antes de habernos conocido a fondo, e incluso si usted hubiese de olvidarme pronto, quiero darle las gracias con todo mi corazón. Quizá tenga pronto ante mí, en el espejo, la imagen de una Mitsou radiante de alegría. O quizá se trate de una Mitsou bañada en lagrimas. Pero en todo caso ya no será la misma Mitsou anterior a usted, esta estúpida, esta criatura razonable que no se reia ni lloraba nunca, esta pobre que ni siquiera tenía una pena para sí misma. Le estaré pues, agradecida de por vida, mi querido Teniente Azul, puesto que no habrá hecho sino dar algo a quien no tenía nada.
Suya,
Mitsou.
Suya,
Mitsou.
De "Mitsou"
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