Y si existiera?
Qué haría la heroína
si existiera?
Noventa y cinco minutos.
Un trecho fácil de llevar.
Veinticuatro horas es distinto.
Todos los días veinticuatro horas.
Soy movimiento,
estorbo,
rotación que no se aplaca,
que aún no llega a su reposo.
Sigo subiendo.
Siete. Ocho.
Por mí entraste al vacío.
Fui el embudo,
el remolino con polvo
y paja.
Los dos pensamos:
Amor.
Era tan sólo agua,
agua sorbida por el caño
en espiral.
Agua,
sudor,
jabón.
No estás.
No me sorprende.
Entro con mi llave
y cuelgo el saco.
Se marchita el geranio.
Converso con mi madre.
Hace años
la vi muerta en el cajón.
Bailo con el bufón de ojos vidriosos:
los que arranqué al muñeco
por vacíos.
Hay ceniza en la calle,
en el cielo,
en la ventana.
Aleteo contra el vidrio nublado.
Tú y yo:
dos hambres que se borran
sin sentido.
Espero tensa,
oscura,
hipnotizada por los techos,
por la ventana,
por la lluvia,
por este ahora gris
que rechina vacío.
De "Vía única"
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