14.2.13

Zelda Fitzgerald. Alabama

Por las noches se sentaba en la ventana, demasiado cansada para moverse, consumida por el deseo de tener éxito como bailarina. A Alabama le parecía que si alcanzaba su meta ahuyentaría los demonios que la habían rondado, que al demostrarse su valía alcanzaría esa paz que solo imaginaba accesible a quienes se sentían seguros de sí mismos, que sería capaz de dominar sus emociones mediante la danza, de sentir amor, compasión o felicidad a voluntad, al haber conseguido una vía para canalizar el flujo de estos sentimientos. Trabajaba esforzándose sin piedad y el verano se hacía interminable.
De "Resérvame el vals"

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