26.5.13

Mary Ann Clark Bremer. La herencia de las mujeres sensibles...

   El cuaderno no era un confesor, sino el taller donde me abría en canal a mí misma y analizaba mis vísceras y mis pensamientos. Y había, dentro del cuaderno, tickets, fotografías, billetes, sellos, alguna hoja o alguna flor.
   "La herencia de las mujeres sensibles", reía Fanny. "Las mujeres siempre han coleccionado levedades dentro de sus cuadernos".
   Y aquello nos parecía hermoso a las dos, formar parte de una herencia de silencio y escritorio y cubrecama. No desdeñaríamos lo que la comunidad de las mujeres nos había entregado casi sin saberlo. Y claro que el cuaderno podía ser una "bagatela", pero no se trataba sólo del cuaderno, como tampoco se trataba sólo de las palabras de Virginia Woolf.
     
De "Cuando acabe el invierno"

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