21.5.13

Emma Orczy. Perdones...

-Percy... -murmuró ella, y el rubor teñía de púrpura sus delicadas mejillas-. Si supieras...
-Lo sé, querida, lo sé todo -respondió él, con infinito cariño.
-Y podrás perdonarme alguna vez?
-Nada tengo que perdonarte, bien mío. Tu heroísmo, tu abnegación, que yo, ay! tan poco merecía, expiaron con creces el desgraciado episodio del baile.
-Luego lo sabías?... Todo este tiempo?
-Sí -contestó él tiernamente-: todo este tiempo lo supe. Pero si hubiese conocido tu noble corazón, mi Margot, debiera haber confiado en ti, como merecías que se confiara, y no hubieras tenido que pasar por los crueles padecimientos de estas últimas horas corriendo detrás de un marido a quien tienes mucho que perdonar.
   
De "La pimpinela escarlata"

No hay comentarios: