12.10.13

Elizabeth Smart. Cuando mis ojos flotan por la habitación...

Cuando mis ojos flotan por la habitación como dos barcos perdidos en el mar, conozco las medidas exactas de mi cautiverio. Imposible escapar, por más cabezazos que me dé contra las paredes de esta caja: imposible llamar, para que me hagan compañía, a los fantasmas de ojos visionarios. Nunca se puede llorar en ningún sitio. Las paredes son siempre demasiado delgadas y el llanto tan ruidoso que su eco resuena por las calles y cruza bahías de agua salada.
       
 
De "En Grand Central Station me senté y lloré"

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