5.6.14

Victoria Ocampo. Qué queda de Lepanto, a fin de cuentas?...


Y esta sensación de volver a un lugar en realidad desconocido se la debemos exclusivamente a los grandes artistas. Ellos solos son capaces de hacer ese milagro para sus semejantes. Aclimatarnos a un mundo nuevo, a un mundo ajeno. No creo que exista forma más eficaz se acercamiento entre los pueblos. Hemos reconocido la cara de Inglaterra a través de Dickens y no de Trafalgar, a través de Shakespeare y no de Agincourt. Cito a Dickens por ser él un recuerdo tan vivo de mi infancia, que no retenía en cambio, las fechas ni casi los nombres de las famosas batallas. Y con sobrada razón. Qué queda de Lepanto, a fin de cuentas? Un manco.


De "A manera de epílogo"
Testimonios: Quinta serie: 1950-1957

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