Pero no llegará la hora de la resurrección de las primeras esperanzas
y de los primeros amores
ni de la consolidación en palabras de lo que te recorre la cabeza como el viento
y suele ser presentimiento de alguna verdad importante
aunque huye rápidamente como cuando se hace una travesura
Pero la hora llega irremediablemente
cuando empiezas a perder todo aquello que amabas
y a todos los que se van de aquí
sin revelar si parten desengañados
Llega la hora
y tú lo aceptas sin vergüenza y sin humildad
así simplemente
De "Hablando no solo para uno mismo"
No hay comentarios:
Publicar un comentario