a Louise, también de Lyon y de Italia
Oh, vosotras mis noches, esperadas y negras,
orgulloso país, secretos obstinados,
lentas miradas, nubes fulgurantes,
vuelo que se permite con los cielos cerrados,
oh, gran deseo, oh, expandido asombro,
helo pasar del hechizado espíritu,
oh, mal peor, oh, gracia descendida,
oh, puerta abierta que no atravesó nadie.
Yo no sé ni por qué me ahogo y muero
antes de penetrar la estancia eterna.
Yo no sé de quién sea yo la proa.
Yo no sé de quién sea yo el amor.
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