10.5.15

Dora Isella Russell. Cuando el sillón que ocupo esté vacío...

Cuando el sillón que ocupo esté vacío
alguien preguntará por esa ausencia?
Dónde estarán mi fiebre y mi impaciencia
dónde estará lo que creía mío?

Miro mi muerte y desde ya sonrío
por mi obstinada cuota de inocencia:
nadie preguntará por mi presencia
ni por mi soledad en desafío.

De aquella inútil juventud cansada
que hizo del sueño un paraíso aparte,
perdí en los brazos de la encrucijada

de todo lo que fui la mejor parte
y sigo igual de herida y despoblada
desde algún lado hacia ninguna parte.




En la antología "... Y vamos haciendo camino"

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